Desperdicio alimentario en hospitales

12 de octubre de 2024

El desperdicio alimentario en los hospitales es un desafío creciente que no solo impacta en la economía, sino también en el medio ambiente y la ética del cuidado a los pacientes. Cada año, miles de toneladas de alimentos no consumidos terminan en los cubos de basura de los centros hospitalarios, generando un desperdicio de recursos y subestimando el potencial nutricional que estos alimentos podrían ofrecer. No existen muchos estudios sobre la cantidad de desperdicio que se genera en estos centros, pero se habla de una media de 700 gramos/persona/día, lo que en España, se traduce a 71,5 millones de euros al año. Afortunadamente, la adopción de buenas prácticas puede marcar la diferencia en la gestión eficiente de este gran reto.

Principales Causas del Desperdicio Alimentario en Hospitales

  1. Gestión compleja Hablamos de centros grandes con servicios de alimentación complejos de gestionar, dado que debe haber una buena comunicación entre personal sanitario, nutricionistas, restauradores y pacientes. Además, la rotación de la tipología de los pacientes es elevada.
  2. Sobreproducción y Porciones Inadecuadas Muchos hospitales preparan cantidades excesivas de alimentos debido a la incertidumbre sobre las necesidades de los pacientes, lo que deriva en grandes cantidades de sobrantes. Además, las porciones estándar no siempre coinciden con las necesidades reales de los pacientes, lo que provoca devoluciones de platos casi enteros.
  3. Planificación Deficiente de Menús La falta de personalización de los menús a las preferencias y restricciones dietéticas de los pacientes genera un alto nivel de rechazo de las comidas. La alimentación hospitalaria, cuando no está ajustada a las preferencias individuales, tiende a ser menos aceptada, lo que contribuye al desperdicio.
  4. Ineficiencia en la Gestión de Inventarios La falta de control en los inventarios alimentarios a menudo conlleva a la caducidad de productos antes de ser utilizados, las compras excesivas que no son consumidas dentro del tiempo adecuado. Esta gestión deficiente aumenta el desperdicio de alimentos.
  5. Cambios en las Condiciones del Paciente En un entorno hospitalario, las condiciones de salud de los pacientes pueden cambiar repentinamente, lo que hace que los alimentos previamente preparados no se consuman debido a nuevas restricciones dietéticas, traslados o altas inesperadas.
  6. Falta de Concienciación El personal sanitario, administrativo y de cocina a veces no está suficientemente sensibilizado sobre la importancia de reducir el desperdicio alimentario. Esto provoca una baja implicación en las iniciativas de prevención y optimización.

 

Buenas Prácticas para la Gestión del Desperdicio Alimentario

  1. Monitorización y Auditoría del Desperdicio Alimentario La primera medida para gestionar de manera efectiva el desperdicio es la monitorización regular de los alimentos desechados, de tal manera que podamos conocer cuánto, cuándo y qué tiramos.
  2. Optimización de Menús Personalizados La personalización de los menús hospitalarios según las necesidades y preferencias individuales de los pacientes puede reducir significativamente el rechazo de comidas. Implementar sistemas de pedidos electrónicos que permitan a los pacientes seleccionar sus platos, siempre dentro de los límites de sus dietas médicas, mejora la aceptación y minimiza los desperdicios.
  3. Implementación de Tecnología en la Gestión de Inventarios Utilizar sistemas digitales para controlar los inventarios permite prever la demanda con mayor precisión y planificar la compra y uso.
  4. Incorporación de criterios de compra sostenible en las licitaciones Al incluir criterios de compra sostenible en las licitaciones de alimentos, los hospitales pueden asegurar que los productos adquiridos provengan de fuentes responsables y que el volumen de compra esté más ajustado a las necesidades reales. Por ejemplo, priorizar proveedores locales, orgánicos o con prácticas sostenibles puede reducir el impacto ambiental.
  5. Formar y sensibilizar al personal del hospital, de cocina y a los pacientes Al formar a todas las personas implicadas en la gestión del desperdicio alimentario es más fácil que puedan implicarse en los procesos y formar parte del cambio.

 

🙌 Reducir el desperdicio alimentario en entornos hospitalarios no es solo una cuestión de ahorro , es un acto de responsabilidad social y medioambiental que impacta directamente en la calidad de vida de las personas.

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