Trash cooking o cocina de aprovechamiento

6 de diciembre de 2022

¿Qué trucos y pautas debemos seguir para sacar el máximo partido a esta tendencia?

El movimiento #TrashCooking o #Cocinadeaprovechamiento busca aprovechar al máximo los alimentos. El objetivo es aprovecharlos a tope, reutilizando restos, sobras o esas partes que suelen acabar en la basura porque pensamos que no nos sirven para nada. La cosa es seria, porque en la Unión Europea el 40% de la comida que acaba en la basura, ya sea porque se pierde o se desperdicia, proviene del propio hogar; y el 15% de los restaurantes.

¿Quién decide lo que es basura?

Esta técnica resulta positiva porque genera un menor impacto en la huella ecológica del planeta. Asimismo, supone un ahorro para las familias.

Aunque pueda parecer un concepto novedoso basado en los problemas del siglo XXI, en España la cocina de aprovechamiento siempre ha estado a la orden del día. Y si no, que se lo pregunten a todas aquellas personas que debían aprovechar al máximo las existencias durante las épocas de guerra y posguerra. No obstante, tras superar las dificultades y dar la bienvenida a la alta cocina, el trash cooking ha servido también de excusa para aportar innovación a las recetas tradicionales. La cáscara de los cítricos, la casquería, las huevas de pescado o la peladura de patata son solo algunos ejemplos de ello. De hecho, existen recetarios completos de trash cooking.

Y sus ventajas no se limitan al ahorro, la originalidad o el cuidado del medio ambiente, también afectan a nuestra salud. “En muchas ocasiones, las partes con más nutrientes de los alimentos son desechadas para cocinarlos. Con esta técnica serán tu punto fuerte. ¡Puedes aprovecharlo todo! Además de ahorrar y contribuir al aprovechamiento de residuos, estarás proporcionando nuevos nutrientes a tu cuerpo, beneficiosos para determinados aspectos de tu salud”. Por ejemplo, la piel de muchas frutas y verduras contiene una gran cantidad de fibra, vitaminas y minerales, más incluso que el propio alimento. Entonces, ¿a qué esperamos para incluir esta técnica en nuestra dieta diaria?

¿Qué trucos y pautas debemos seguir para sacar el máximo partido a esta tendencia?

1.      Pieles de frutas como potenciadoras de sabor y como fuente de vitaminas

Mejorar el aroma de las elaboraciones con la piel de las frutas: a pesar de que suele acabar en la basura, la piel de las frutas y de muchos vegetales es fuente de micronutrientes y de aromas. Si se emplea como añadido en las preparaciones culinarias se puede mejorar la calidad organoléptica de las mismas. Además, son una inyección de vitaminas que desperdiciamos, pero que contienen, en la mayoría de los casos, más nutrientes que la propia pulpa. Por ejemplo, las pieles del calabacín se pueden caramelizar o usarse para hacer una colorida quiche que aproveche las pieles de los tomates, berenjenas y zanahorias. Y las pieles de los cítricos poseen muchas propiedades antibióticas y antisépticas, así como vitamina A y C. Usar su ralladura es muy habitual, pero podemos ir más allá, deshidratándola y pulverizándola para aliñar ensaladas, salsas o postres.

2.      Emplear restos de carne para elaborar caldos

Tanto los huesos como las sobras de carne gozan de un potente sabor. Son perfectos para la elaboración de caldos.

Además, siguen teniendo una gran cantidad de proteínas en su interior. Dichos nutrientes son capaces de ayudar a prevenir el desarrollo de patologías como la sarcopenia, según un estudio publicado en la revista BioMed Research International.

3.      Elaboración de smoothies con fruta madura o con mermelada

La fruta madura contiende gran cantidad de azúcar y es ideal para elaborar batidos, que incluso, si le añadimos avena, se garantizará un aporte de fibra adecuado que retrasará la absorción de los glúcidos. 

4.      Emplear restos de pescado para elaborar caldos

Tanto las espinas como las cabezas se pueden emplear para preparar un caldo, o fumet, que después utilizaremos en la elaboración de sopas y salsas.

¡¡¡¡Así que te animo a experimentar!!!! aunque siempre manteniendo unas conductas higiénicas para evitar problemas de salud relacionados con intoxicaciones. De este modo, cada vez reducirás más la huella ecológica personal, por lo que estarás contribuyendo a cuidar el planeta.

¿Conoces alguna receta más?

Para terminar, te dejo una reflexión. Esta metodología supone un ahorro, es de lo más rentable: el gasto medio anual por persona en alimentación son aproximadamente 4.600 €. Imaginaos, una familia de 3 personas gastaría 13.800 €anuales; si tiramos el 40%, estás tirando a la basura 5.520 €. ¿Te parece rentable ahorrar esa comida?

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